¿Acaso no te ha tocado escuchar comentarios así?: “Las mujeres no pertenecen a la política”, “Las mujeres manejan siempre mal” “Las mujeres no saben gobernar porque son muy sentimentales” y por último “Las mujeres que se vayan a su casa a limpiar y a cambiar pañales”.
Para algunos es gracioso, para otros ofensivos y unos cuantos más sacan el término de su carta preferida “feminazis” famosa palabra a veces utilizada a conveniencia para desacreditar cuando una mujer busca la equidad de género. OJO amigos, esto no quiere decir que no existan mujeres radicales, o bien misandria (desprecio a los hombres). No se asusten. Vamos profundizando en el tema.
¿Le negarías a tu madre, a tu hermana o esposa su decisión de participar activamente en algún partido político, en una asociación civil o empleo soñado y que eso signifique que NO estará en casa del todo para colaborar en todas las actividades del hogar? ¿Por qué mi madre dice que le lave el plato a mi hermano cuando él ya tiene mayoría de edad? Algo estamos haciendo mal. Pues con la noticia no tan nueva, que las mujeres también pueden ser machistas, este pensamiento no es solo para nuestros caballeros. Mujeres y hombres que critican a otras, como algo así: Es una mujer plena solo si se casa, atiende a su esposo y cría a sus hijos, de lo contrario corre el riesgo de ser señalada como "fracasada solterona”.
Nuestros padres y madres, la sociedad en general necesitan entender que ellos también forman parte del cambio cultural, enseñar a nuestros niños y niñas a convivir en equipo y que estén conscientes que en ellos está la decisión, ejemplo si quieren ser marineros, enfermeros, astronautas, jefes o jefas del hogar. Tener la capacidad de elegir rosa o negro, no por ser mujer u hombre, sino porque así les gusta y así lo deciden. ¿Lo digo fácil, verdad? Pepito y Gina pueden lavar trastes, pueden lavar su ropa, pueden trapear y barrer, las manos no se les van a caer. Los “supuestos roles tradicionales” de mujer y hombre en casa, ya son diferentes, las labores del hogar ya se comparten… pero no podemos mentir, aún persiste lo “tradicional”, la mujer ha salido del hogar al trabajo para aportar al ingreso familiar y tampoco vamos demeritar, los hombres también trapean y se ha logrado que trabajen ambos en equipo para su hogar, en beneficio claro, de los dos. ¿Qué bonito, verdad? Y, claro, no te enojes. También existen mujeres que quieren y deciden permanecer en el hogar y cuidar a los hijos. ¿Y sabes qué? Es completamente válido. Todo reside en tener la capacidad de elegir. Agradezco ser parte de esta generación donde he sido testigo de estos cambios.
¿Nos estamos quedando cortos? ¿Cómo aceleramos el proceso? Yo no estoy inventando cosas, ejemplo señala la resolución sobre la participación de la mujer en la política aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2011, “las mujeres siguen estando marginadas en gran medida de la esfera política en todo el mundo, a menudo como resultado de leyes, prácticas, actitudes y estereotipos de género discriminatorios, bajos niveles de educación, falta de acceso a servicios de atención sanitaria, y debido a que la pobreza las afecta de manera desproporcionada”.
Entonces ¿Cuántas diputadas, titulares en la Administración Pública de nuestro Estado, cuántas mujeres emprendedoras y empresarias, cuántas científicas, cuántas ingenieras, cuántas doctoras, cuantas traileras, cuantas mecánicas, cuántas presidentes y gobernadoras? No podemos quedarnos en: “La primer mujer deportista o la primer mujer diputada” (Por supuesto que merecen reconocimiento y aplausos por su esfuerzo y trabajo en su determinado contexto). Necesitamos ser las segundas, las terceras y así sucesivamente.
La presencia de la mujer en todos los ámbitos es importante, portan un liderazgo e ideas diferentes que complementan a los hombres. En una democracia es necesaria su adecuada representación, en las empresas, en la ciencia. Que la mujer participe también tiene un efecto multiplicador para el empoderamiento de otras mujeres en otras esferas de la vida ¿Cuándo nos vamos a animar? ¿Qué o quiénes nos van a detener, los demás, los prejuicios, el miedo o nosotras? Yo pienso que el momento de participar y de decidir es ahora.